30 de agosto de 2016
Buscó a su nieto nacido en cautiverio desde el otro lado del río, ya que su hijo Julio César D´Elía Pallares y la mujer, Yolanda Iris Casco Ghelfi, uruguayos como ella, llegaron a la Argentina expulsados por la dictadura de Uruguay
Abuelas de Plaza de Mayo despide con enorme tristeza a una compañera de lucha, René Pallares, la Abuela de Carlos D´ Elía Casco, restituido en 1998. René buscó a su nieto nacido en cautiverio desde el otro lado del río, ya que su hijo Julio César D´Elía Pallares y la mujer, Yolanda Iris Casco Ghelfi, uruguayos como ella, llegaron a la Argentina expulsados por la dictadura de Uruguay. Fueron secuestrados en su domicilio de San Fernando, la madrugada del 22 de diciembre de 1977, Yolanda embarazada de ocho meses y medio. Desde ese momento René y la familia Casco buscaron a la pareja y el niño que debía nacer. René se comunicó con nosotras y desde Uruguay siguió cada pista que fuimos encontrando.
Luego de varias denuncias y pesquisas que llevamos a la justicia Carlos recuperó su verdadera identidad en 1998. Fue así que René pudo conocer a su nieto, primero en los Tribunales. El mismo Carlos recuerda que fue un encuentro tenso, él se enteraba de todo en ese instante, ya que sus apropiadores nunca le habían dicho, siquiera que no era hijo biológico.
La paciencia y calidez de René lograron que lentamente Carlos se fuera abriendo a ese amor que lo esperaba desde hacía tanto tiempo. Ella viajaba periódicamente a Buenos Aires para encontrarse con su nieto, a quien le costaba hablar de la historia de sus padres. En uno de esos viajes su abuela lo invitó a ver fotos de su departamento, le dijo que quería mostrarle que desde el living de su casa se veía la rambla, y él accedió: “Me muestra la foto, ‘mirá que linda vista’ y en un momento yo giro la página y había una foto de mi mamá embarazada. No me lo esperaba, pero me impactó ver una foto de mi mamá”. Esa foto tan representativa, esa foto que como al descuido mostró René a su nieto, empezó a hacer huella en él.
Carlos entonces también empezó a viajar a Montevideo y fue en uno de esos viajes que, tomó conciencia de que esa historia era la de él y entonces le pidió a René “Abuela, quiero saber, por favor, empezame a contar de nuevo”. Y así fue que pudo reencntrarse con su historia con su familia y René pudo acompañarlo en ese proceso. Fue en ese momento que también se acercó a la sede de Abuelas y en esas vivitas también era como visitar a su Abuela.
Querida compañera René, te recordaremos siempre y seguiremos acompañando a Carlos, como él lo hace con nosotras, porque aún quedan por encontrar muchos hijos de nuestras hijas, que son los nietos de todas.
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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